apreciación musical
lunes, 2 de noviembre de 2015
CONSTRUCCIÓN DE IDENTIDAD CARIBEÑA POPULAR EN CARTAGENA DE INDIAS A TRAVÉS DE LA MÚSICA Y EL BAILE DE CHAMPETA.
El fenómeno socio-cultural de la champeta criolla se articula a la mouvance de la champeta africana y al desarrollo e importancia de los Picós. Influenciados por la música africana desde mediados de los años 80s , varios palenqueros empiezan a cantar champeta criolla imitando la manera de hacerlo de los africanos con sus dialectos , canciones con palabras en español y en “lengua” palenquera. "La champeta criolla la empezaron a hacer en "lengua" palenquera. Después los cantantes inventaron cada uno su "idioma". Y posteriormente la hacen completamente en español”17 Cantan encima de pistas africanas improvisando palabras en las que evocan su existencia, la miseria en donde viven, los problemas sociales de su realidad, sus sueños ( tener un carro, una novia "mona" o "china") y los ritmos y prácticas sociales de la vida cotidiana de sus barrios. Sus canciones tienen, también , doble sentido haciendo un uso recurrente a imágenes que evocan la sexualidad ( a Tite lo entierran hoy, métele el palo a la olla, húndelo todo). También cantan lo que ven en televisión ( El caballero del Zodiaco, los Picapiedras, las Tortugas Ninjas) o cualquier cosa que recuerde lo más banal de la existencia .
https://www.youtube.com/watch?v=DtEXcC5Z9wE
Tres corrientes aparecen al interior de los cantantes de champeta criolla : la corriente palenquera, de los inmigrantes y la de los cartageneros.. Independiente de la corriente a la cual se pertenezca hay que resaltar el ingenio, la creatividad y la capacidad de narrativas de estos cantantes que en su gran mayoría son analfabetas.
http://culturacaribetuyyo.bligoo.com.co/media/users/11/567395/files/64175/champeta.pdf
Franz Joseph Haydn
(Rohrau, Austria, 1732 - Viena, 1809) Compositor austriaco. Con Mozart yBeethoven, Haydn es el tercer gran representante del clasicismo vienés. Aunque no fue apreciado por la generación romántica, que lo consideraba excesivamente ligado a la tradición anterior, lo cierto es que sin su aportación la obra de los dos primeros, y tras ellos la de Schubert o Mendelssohn, nunca habría sido lo que fue. Y es que a Haydn, más que a ningún otro, se debe el definitivo establecimiento de formas como la sonata y de géneros como la sinfonía y el cuarteto de cuerda, que se mantuvieron vigentes sin apenas modificaciones hasta bien entrado el siglo XX.

Nacido en el seno de una humilde familia, el pequeño Joseph Haydn recibió sus primeras lecciones de su padre, quien, después de la jornada laboral, cantaba acompañándose al arpa. Dotado de una hermosa voz, en 1738 Haydn fue enviado a Hainburg, y dos años más tarde a Viena, donde ingresó en el coro de la catedral de San Esteban y tuvo oportunidad de perfeccionar sus conocimientos musicales.
Allí permaneció Haydn hasta el cambio de voz, momento en que, tras un breve período como asistente del compositor Nicola Porpora, pasó a servir como maestro de capilla en la residencia del conde Morzin, para quien compuso sus primeras sinfonías y divertimentos.
El año 1761 se produciría un giro decisivo en la carrera del joven músico: fue entonces cuando los príncipes de Esterházy -primero Paul Anton y poco después, a la muerte de éste, su hermano Nikolaus- lo tomaron a su servicio. Haydn tenía a su disposición una de las mejores orquestas de Europa, para la que escribió la mayor parte de sus obras orquestales, operísticas y religiosas.
El fallecimiento en 1790 del príncipe Nikolaus y la decisión de su sucesor, Paul Anton, de disolver la orquesta de la corte motivó que Haydn, aun sin abandonar su cargo de maestro de capilla, instalara su residencia en Viena. Ese año, y por mediación del empresario Johann Peter Salomon, el músico realizó su primer viaje a Londres, al que siguió en 1794 un segundo. En la capital británica, además de dar a conocer sus doce últimas sinfonías, tuvo ocasión de escuchar los oratorios de Haendel, cuya impronta es perceptible en su propia aproximación al género con La Creación y Las estaciones.
Fallecido Paul Anton ese mismo año de 1794, el nuevo príncipe de Esterházy, Nikolaus, lo reclamó de nuevo a su servicio, y para él escribió sus seis últimas misas, entre las cuales destacan las conocidas como Misa Nelson y Misa María Teresa. Los últimos años de su existencia vivió en Viena, entre el reconocimiento y el respeto de todo el mundo musical.
La aportación de Haydn fue trascendental en un momento en que se asistía a la aparición y consolidación de las grandes formas instrumentales. Precisamente gracias a él, dos de esas formas más importantes, la sinfonía y el cuarteto de cuerda, adoptaron el esquema en cuatro movimientos que hasta el siglo XX las ha caracterizado y definido, con uno primero estructurado según una forma sonata basada en la exposición y el desarrollo de dos temas melódicos, al que seguían otro lento en forma de aria, un minueto y un rondó conclusivo.
No es, pues, de extrañar que Haydn haya sido considerado el padre de la sinfonía y del cuarteto de cuerda: aunque ambas formas existían como tales con anterioridad, por ejemplo entre los músicos de la llamada Escuela de Mannheim, fue él quien les dio una coherencia y un sentido que superaban el puro divertimento galante del período anterior. Si trascendental fue su papel en este sentido, no menor fue el que tuvo en el campo de la instrumentación, donde sus numerosos hallazgos contribuyeron decisivamente a ampliar las posibilidades técnicas de la orquesta sinfónica moderna.
domingo, 25 de octubre de 2015
EL CALYPSO
Es un ritmo afrocaribeño originario de Trinidad y Tobago, muy popular en las islas del Caribe. Es tanto anglófono como francófono. También es difundido en Costa Rica, Honduras,Panamá, Jamaica, en el Archipiélago de San Andrés y Providencia en Colombia y al sur de Venezuela.
Tiene raíces en las canciones de protesta del Oeste de África y las baladas francesas de trovador, el calipso se convirtió en su propio estilo único debido al particular clima social en el que se desarrolló. En el siglo pasado, el calipso ha influenciado enormemente docenas de otros géneros incluyendo el jazz, el reggae y la soca.
El calypso, comenzó como la música de carnaval de Trinidad y Tobago y nunca se ha desviado de ahí, es en sus raíces, música de la calle. Esta contribución musical antillana se centra alrededor de la época de carnaval, que comienza poco después de la Navidad y termina con el martes de Carnaval, el día anterior al Miércoles de Ceniza Cristiano.
Sus ritmos se pueden encontrar desde la llegada de los primeros esclavos africanos traídos para trabajar en las plantaciones. Utilizaron el calypso como método de comunicación para burlar a sus amos captores.Estas canciones ayudaron a unificar a los esclavos.
Aunque nunca ha alcanzado el estatus de moda en todo el mundo, el calipso si presenció una oleada de popularidad durante la primera mitad del siglo XX. Figuras claves del movimiento incluyendo Lord Invader, Attila the Hun y Roaring Lion, que fue también el historiador de calipso más importante. En 1956, el calipso se convirtió brevemente en una obsesión internacional con la canción de Harry Belafonte "Banana Boat Song" . Se convirtió en el primer y único álbum en vender millones de copias en toda la historia del calipso. Mighty Sparrow llevó bien la tradición del calipso a finales de 1970's, en ese punto el calipso declinó rápidamente y se ramificó en otros estilos.
Es un canto de denuncia, información y transmisión de hechos de la vida y de la historia del pueblo afrocaribeño. Es un ritmo alegre y pegajoso, es un género musical que se interpreta en todas Las Antillas, Las Guayanas,Bahamas, y en aquellas regiones que han tenido inmigración proveniente de estos países. Esta especie posee tradicionalmente un ritmo pausado y cadencioso e incluye estribillos cantados en inglés y patois (francés criollo).
Su peculiaridad es que usa como instrumento principal unos tambores metálicos fabricados a partir de barriles de petróleo reciclados, llamados steeldrums (‘tambores de acero’) o simplemente tambores metálicos de Trinidad, muy usados en los carnavales trinitarios. Esos tambores se crearon por la necesidad de percutir que tenían los descendientes de los africanos en estas islas y, dado que no poseían ningún instrumento, empezaron a percutir los barriles, los cuales se fueron abollando y luego estableciéndose alturas definidas, lo que harían que en el futuro el instrumento se pudiera templar con una escala cromática.
El calipso venezolano o calipso de El Callao, cantado tradicionalmente en inglés, se hace a partir de una batería rítmica de percusión basada en el bumbac, acompañada decharrasca, campana o cencerro y cuatro (especie de guitarra pequeña, típica de Venezuela). Comúnmente se adiciona además teclado, bajo eléctrico, instrumentos de viento yvoces masculinas y femeninas.
Mientras que el calipso tradicional es considerado música de baile y fiesta, la atención está en verdad en la canción y en su letra. El calipso es cantado en un patrón de llamada y respuesta que presenta un cantante solista llamado "calipsoniano" involucrando al grupo. Uno de los atributos definitorios del calipso, la llamada y respuesta, viene directamente de las tradiciones musicales de África. Los instrumentos típicos incluyen la guitarra, el banjo, el tambor de acero y diversos instrumentos de percusión, todos manteniendo la herencia de la música folclórica del calipso. Éste es muy melódico y relativamente simple ritmicamente hablando.
Las letras de calipso generalmente tienen un tono agudo satírico que proviene de su rol original como la música que los esclavos usaban para vengarse de sus crueles amos. Naturalmente, las críticas que se encuentran en sus letras fueron velados en la ironía y el humor, una tradición que continúa hoy en la música Calipso. Sus letras son a menudo de naturaleza políticas y presentan algún tipo de comentario social. Una de las canciones clásicas de calipso, de Lord Invaders "Rum and Coca Cola" se refiere a la indecorosa cultura de prostitución que se desarrolló alrededor de las bases militares estadounidenses en Trinidad durante la década de 1940.
Los intérpretes y compositores de calipso que han estudiado la cultura musical de Trinidad y Tobago memorizando sus rítmos y estructuras tradicionales para incorporarlas a su música son conocidos como calypsonians. La creatividad de algunos de ellos hace que sean capaces de improvisar un calipso a partir de cualquier tema, llegando a competir entre ellos desde la década de 1950.
Entre los calypsonians más importantes del siglo XX se encuentran Lord Kitchener, Roaring Lion, Lord Invader,Mighty Sparrow (en Trinidad y Tobago) yWalter Ferguson (en Costa Rica).Entre los cantantes de habla español, se destacan el venezolano Carlos Baute, la agrupación The Same People ySerenata Guayanesa.
BIBLIOGRAFIA
La estructura del lenguaje musical

https://www.google.com.co/search?q=La+estructura+del+lenguaje+musical&biw=1366&bih=667&source=lnms&tbm=isch&sa=X&ved=0CAYQ_AUoAWoVChMI4YvIvIXfyAIVyyweCh0S3Ab7#imgrc=ivFcAPG-eJhe1M%3A
Hace ya varias décadas que los géneros musicales se confunden y se mezclan. Muchas veces, sobretodo para los no iniciados, discernir entre rock, pop, electrónica o experimental resulta una tarea imposible, más considerando que en cada una de estas categorías coexisten multitud de estilos diferentes. La propuesta que hace el alemán Markus Popp como Oval sirve de clarísimo ejemplo para ello. Para los amantes de la música electrónica, este artista es uno de los pioneros de los subgéneros glitch y clicks & cuts, que tuvieron su momento de furor entre el pasado y presente siglo, y que marcaron a fuego la escena electrónica internacional. Glitch apunta a una “estética del fallo”, que al concatenar sonidos creados por computadora, forma estructuras caóticas y desordenadas. Por su parte, la nomenclatura clicks & cuts refiere a un tipo de composición musical en forma de collage, cuyas partes están sumamente fragmentadas. Estas características sirven perfectamente para describir la música que hace Oval y, sin embargo, Popp no siente que lo representen. Perfeccionista y ambicioso estéticamente hablando, este artista se siente perplejo en estos encasillamientos. En una entrevista a la revista española Go!Mag, Popp afirma: “Mi intención siempre fue hacer canciones pop, canciones que resultaran accesibles, pero que al mismo tiempo obligaran a la gente a cambiar la perspectiva”. Dulce tortura Esta afirmación puede resultar un tanto contradictoria. A primer golpe de oído, Oval, considerado como uno de los grandes héroes de la música electrónica y el arte digital, hace una música tan extraña como hermosa y emocional: construye paisajes sonoros abstractos erizados a base de pellizcos y con infinidad de capas, que generan una sensación que oscila entre la incomodidad y el onirismo. Popp lleva en escena más de 20 años, tiempo en el que ha logrado influir en varias generaciones de músicos. Reconocido por su capacidad de innovación, tiene en su haber una prolífica carrera dividida en dos etapas. La primera está marcada por una experimentación que bebía exclusivamente de sonidos sintéticos modificados hasta la extenuación. Su angustiante disco Ovalcommers (2001) lo abocó a un dilatado letargo del que despertó con varias piezas que volvieron a sorprender profundamente. Su regreso fue prolífico. En dos años lanzó dos EP: Oh!EP! (2010) y Oval/Liturgy slip EP (2010), y dos dobles CD/DVD. El primer doble, O (2010), contiene nada más y nada menos que 101 pistas de sonidos desestructurados que, ahora sí, provienen de instrumentos analógicos. Las canciones, de entre poco más de dos minutos y poco menos de uno, son desgarradas, delicadas, punzantes y sofisticadas. El segundo, OvalDNA (2011), propone una experiencia multimedia que contiene varias rarezas y canciones inéditas de los últimos 17 años. Además de videoclips y notas, este volumen que fue nombrado como mejor reedición por la web musical de referencia Pitchfork.com, integra una suerte de manifiesto open source, que incluye más de 2.000 clips originales y un software específico para que cualquiera pueda utilizarlos en canciones nuevas.
http://www.elobservador.com.uy/la-musica-como-arte-y-concepto-n232632
Estética de la música popular

El sociólogo que trabaja con música popular contemporánea se enfrenta a un conjunto de canciones, grabaciones, ídolos y estilos que existen como consecuencia de una serie de decisiones, tomadas tanto por los creadores como por los consumidores, sobre lo que es un sonido completamente logrado. Los músicos escriben melodías y ejecutan solos; los productores escogen entre diferentes mezclas de sonido; las discográficas y los programadores de radio deciden qué debe tocarse y qué debe emitirse; los consumidores compran un disco y no otro, y concentran su atención en determinados géneros. Corno resultado de todas estas decisiones, aparentemente individuales, aparece un determinado patrón de éxito, gusto y estilo que puede ser explicado sociológicamente.
Desde la perspectiva de los fans es obvio que cada uno escucha la música que escucha porque «suena bien», y lo interesante aquí sería averiguar por qué se han formado esa opinión. Incluso si los gustos en el pop son el resultado de condicionantes sociales y de la manipulación comercial, nos los seguimos explicando en términos de juicios de valor. ¿De dónde vienen esos valores que encontramos en el pop y el rock? ¿Qué términos usamos cuando explicamos nuestros gustos? Todo el mundo sabe perfectamente qué le gusta (y qué le disgusta), qué es lo que le hace disfrutar y qué es lo que no. Si leéis la prensa musical, si asistís a los ensayos de los grupos y a las sesiones de grabación, si escucháis conversaciones en discotecas o en tiendas de discos, y si os fijáis en cómo «pincha» un disc jokey, estaréis oyendo continuamente hacer juicios de valor. Las valoraciones que se hacen en tales situaciones tienen lugar dentro del mareo sociológico general. Pero si bien esto nos permite «explicar» hasta un cierto punto la música disco o el rock, no nos proporciona argumentos para comprender por qué un determinado disco de rock o un tema de música disco es mejor que otro. Si nos detenemos en las explicaciones de los fans y de los músicos (o incluso en las de las discográficas) encontraremos un argumento recurrente. En el mundo del pop todos somos conscientes de que existen unas fuerzas sociales que determinan la música pop «normal»: ¡un buen disco, una buena canción o un buen sonido son precisamente los que logran trascender esas fuerzas!
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